Campaña de notoriedad para Garvalín, una marca de calzado infantil que lleva desde 1968 apostando por la calidad, el diseño y la comodidad, pero sobre todo, porque los niños sigan siendo niños y no adultos en miniatura.
Tras muchos años defendiendo un posicionamiento basado en que los niños deben ser niños y no adultos en miniatura, Garvalín nos pide desarrollar una campaña de notoriedad que refuerce sus campañas estacionales de producto pero que lleve a la marca a hacer branding más allá de la venta.
En la sociedad actual, los niños son empujados a adaptarse a expectativas adultas desde una edad temprana, limitando su capacidad de ser espontáneos, creativos y libres. Garvalín se enfrenta a este desafío, intentando constantemente proteger esa autenticidad que define a los más pequeños. El reto era encontrar una forma de mostrar, de manera palpable, que la marca realmente apoya y fomenta el valor de dejar que los niños sean, simplemente, niños.
Un posicionamiento como el de Garvalín es utópico en un mundo en el que los adultos somos quienes tomamos las decisiones acerca de todo: lo que comemos, lo que vestimos, lo que construimos, e incluso lo que está bien o mal, lo que se puede y lo que no se puede. ¿Pero qué pasaría si dejamos que los niños tomen el control acerca de sus propios gustos? ¿Y si dejamos que los niños sean niños en su manera de entender la moda? ¿Qué clase de calzado les gustaría llevar? ¿Y qué pasa si, más allá de preguntárselo, lo hacemos?
El resultado es Unscripted, una colección de tres zapatillas únicas: Voyager, inspirada en los sueños de explorar el universo; Wild, que evoca la fuerza y la libertad de los animales salvajes; y Playtime, una celebración del recreo y la diversión en estado puro. Involucramos a siete niños y niñas en el proceso creativo, quienes trabajaron junto a un pedagogo y una diseñadora de calzado para dar forma a sus ideas, desde los primeros bocetos hasta la creación de prototipos. Paralelamente, desarrollamos la identidad gráfica propia de la colección así como el manifiesto que defendía una colección tan singular. Sin guion, solo pura inspiración sin freno.
La espontaneidad, la imaginación y los gustos de los niños han sido las claves para establecer una dirección de arte variada, enérgica y vibrante. La creación de tres mundos, uno para cada modelo de zapatilla, generan un universo rico y coherente con la sobreestimulación que pretendíamos. Además de dirigir los esfuerzos en torno a un único fashion film que presentase la colección, quisimos enriquecer también la campaña a lo largo del tiempo con distintas piezas, como el making of, y otras acciones complementarias como el uso de realidad aumentada en el packaging de Garvalín, la creación de los prototipos en escala como PLV especial.
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