Campaña de lanzamiento para la bebida energética Bigman Energy, destinada a la Generación Z y vinculada al culto al cuerpo y a la forma física.
Bigman, una de las principales marcas nacionales en suplementación deportiva, lanza una bebida energética al gran público que quiere revolucionar la categoría debido a su principal beneficio: no tiene azúcar.
El mercado de las bebidas energéticas está tan en auge como sobresaturado. Los principales actores de la categoría son empresas fuertes y asentadas, cada una con un posicionamiento consolidado y dirigidas a los principales grandes públicos. Por otro lado, la marca de Bigman está estrechamente vinculada al mundo del culturismo y la suplementación deportiva, por lo que la base de público es demasiado nicho como para ser reconocida por el público masivo.
Encontrar nuestra propia zona de confort tomando la inercia de Bigman como marca de suplementación deportiva: pasar de la hiperespecialización a lo mainstream y tratar el culto al cuerpo como estilo de vida. No vender Bigman como un producto para hacer deporte, sino como un producto asociado a una manera de vivir, dentro y fuera de los gimnasios.
Comunicamos las dos cosas más importantes de Bigman de manera distinta: una en el concepto y otra en la forma. Por un lado, en el concepto decidimos ser simples, directos y frontales con el principal beneficio de Bigman: no tiene azúcar. En la forma, trasladamos el efecto del producto a la campaña, tratando nuestros contenidos como un shot de energía que te pone como una moto.
El culto al cuerpo es algo que se remonta a la Antigua Grecia, pero en nuestro caso, está revisitado por una generación nueva, digital y con hambre de contenido. El vaporwave es un estilo coherente con nuestro tono, a medio camino entre el surrealismo y el humor, y que mezcla un sinfín de elementos dispares que provocan una sobreestimulación perfecta para la intención.
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