Carne de pueblo

Arrrea

Arrrea es la marca de una carnicería situada en Pedro Muñoz, un pequeño pueblo manchego, que quiere dar el salto a la venta online. Una familia que quiere que en cualquier despensa de España haya un pedazo de lo más auténtico de Castilla. El folclore y la tradición revisitados para llevar el sabor de toda la vida a un mundo cada vez más moderno.

¿Qué es esto?

Vivimos rodeados de productos ultraprocesados, franquicias de comida rápida, polvos sustitutivos de alimentos y macrogranjas, todo ello coronado con el famoso e inevitable cambio climático. En medio de ese panorama, Arrrea viene a reivindicar un estilo de vida más auténtico, menos prefabricado, más natural y, sobre todo, menos acelerado.

¿Cuál es el problema?

Reivindicar el pueblo es fundamental, pero aspirar a que todo vuelva a ser como antes es absurdo. Es por eso que el reto para una marca de pueblo que quiere encontrar un hueco en el mercado masivo pasa por no luchar contra lo inevitable, sino adaptándose a una sociedad cambiante y sabiendo qué ofrecerle. En este caso, sabor tradicional para un mundo moderno.

¿Cuál es la premisa?

Hay marcas que nacen con el foco puesto en el lugar hacia el que dirigirse, pero Arrrea lo pone en el lugar de donde viene. Esto, automáticamente, la posiciona en un territorio muy auténtico: Arrrea es carne de pueblo. Y si te gusta, bien. Y si no, pues tienes carne en cualquier supermercado, que luce toda perfecta y reluciente y sabe toda igual. Arrrea es lo que es y no debe renunciar nunca a ello.

¿Y qué habéis hecho?

Desarrollar una estrategia de marca completa y un universo gráfico que mantiene la esencia de pueblo en un labeling vibrante y con carácter. Lo artesano y lo moderno. Un marcaje que respeta la tradición y que, a la vez, la lleva a un nuevo lugar. A ese pueblo reconocible por su producto y sorprendente por su manera de ser.

Craft

Arrrea no es un producto gourmet ni un producto exclusivo, así que menos gastrobar y más carne de pueblo. Sus orígenes vienen de la matanza y de una tienda de pueblo que ahora quiere llegar a todo el mundo sin renunciar nunca a lo que verdaderamente son. Una marca que huela a pueblo, a La Mancha, que sea basta y singular, combinando la geometría y los colores vibrantes con una variedad tipográfica ruda y humana.

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